lunes, 2 de diciembre de 2013

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lunes, 18 de noviembre de 2013
















Un boliche como tantos

uno más, tal vez, al fin
el tiempo tiende sus mantos
cerró ayer el Don Martín

Y si a alguno distraído
el dato le resbaló
aguce bien el oído
y escuche lo que pasó

En un gesto de homenaje
a lo que era tradición
del bar arrancó el bagaje
en solemne procesión

Se reunieron en la esquina
en una fila infinita
aceite, café y harina
la sal y una galletita

Bien orillero el fainá
se acicaló con pimienta
mientras caía un chajá
que estaba desde el ochenta

Se arrimaron desde el fondo
tres cajones de cerveza
bien frappé los jarros hondos
saltaron desde una mesa

Medidas en formación
se acercaron caminando
no ocultaban su aflicción
como siempre iban llorando

Boca abierta y enojado
no hubo al horno quien lo aliente
lleva días apagado
pero igual está caliente

Un yo-yo bastante añejo
sabiendo que no era un juego
de luto llegó al cortejo
despojado de su ego

Grapa, caña, amarga y vino
se enfilaron tambaleando
Juancito el whisky, tan fino
se adelantó caminando

La sombra de la pared
abandonó su rincón
era, dicen, yo no sé
el ánima de Monzón

Y la pizza, la vedette
la que supo hacer escuela
regada con un fernet
ya sola o con muzzarella

La columna acongojada
de estas increíbles huestes
se mandó por la bajada
Carlos María al oeste

Según algunos mentaron
nunca miraron atrás
la ruta uno tomaron
y ya no se supo más

La historia tiene sus hitos
brindemos con un vermú
Esteban, Jorge, Carlitos
por el Don Martín Salú



sábado, 28 de abril de 2012

Hablando claro



-Y el otro día, no sabés lo que me pasó…Tuve que ir por aquello que te dije.
-¿Lo qué?
-Aquello que estaba haciendo. Llego ahí, a un lugar...
-¿Y?
-Nada, y vino uno.
-¿Solo?
-No, no. Venía con otro. Y me dice: “que esto que lo otro”, “que patatín que patatán”... Y yo le digo: “¿que patatín que patatán, qué?”
-Sí, no te ibas a quedar callado.
-No, más bien. Y le digo, le contesto, que no podía ser, que lo que él decía, nada que ver... Y viste cómo es.
-Sí, más bien.
-Y me dice que aquella no sé qué y que bla bla bla.
-¡Pah!
-Seguro, ahí no se podía más.
-¿Y el tipo?
-Y el tipo dele y dele, no aflojaba. Y le digo “¿Cuál es?”. “Cuál es ¿qué?”, me dice.
-¿Y achicaste?
-No, y ahí le dije que se acordara, “que acordate lo que vos dijiste los otros días”. Porque yo había traído una cosa ahí, y el loco nada, violín en bolsa.
-Mhu.
-Y empezó el otro, “que pin que pan” “qué cómo puede ser”. Entonces empiezo otra vez, con el otro ahora, y le digo “que esto y que aquello”, “que vos quién sos”, “yo soy el otro” me dice.
-Te chantó.
-No, pará. “¿El otro, qué?”, le digo. “Yo vine acá, a un lado, a hablar con uno”. “¿A hablar de qué?”, me dice. “De una cosa”, le digo.
-¡Ah, macho!
-Sí, Yo qué sé.
-Ta bien.
-Sí.
-Sí.
-Le cantaste la justa. Con precisión.
-Y sí, a mí me gustan las cosas claras.