Un boliche como tantos
uno más, tal vez, al fin
el tiempo tiende sus mantos
cerró ayer el Don Martín
Y si a alguno distraído
el dato le
resbaló
aguce bien el oído
y escuche lo que pasó
En un gesto de homenaje
a lo que era tradición
del bar arrancó el bagaje
en solemne procesión
Se reunieron en la esquina
en una fila infinita
aceite, café y harina
la sal y una galletita
Bien orillero el fainá
se acicaló con pimienta
mientras caía un chajá
que estaba desde el ochenta
Se arrimaron desde el fondo
tres cajones de cerveza
bien frappé los jarros hondos
saltaron desde una mesa
Medidas en formación
se acercaron caminando
no ocultaban su aflicción
como siempre iban llorando
Boca abierta y enojado
no hubo al horno quien lo aliente
lleva días apagado
pero igual está caliente
Un yo-yo bastante añejo
sabiendo que no era un juego
de luto llegó al cortejo
despojado de su ego
Grapa, caña, amarga y vino
se enfilaron tambaleando
Juancito el whisky, tan fino
se adelantó caminando
La sombra de la pared
abandonó su rincón
era, dicen, yo no sé
el ánima de Monzón
Y la pizza, la
vedette
la que supo hacer escuela
regada con un fernet
ya sola o con muzzarella
La columna acongojada
de estas increíbles huestes
se mandó por la bajada
Carlos María al oeste
Según algunos mentaron
nunca miraron atrás
la ruta uno tomaron
y ya no se supo más
La historia tiene sus hitos
brindemos con un vermú
Esteban,
Jorge, Carlitos
por el Don Martín Salú
1 comentario:
Qué buen blog, promete mucho, yo lo seguiré fielmente.
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